Una inversión económica que te ahorrará problemas en el futuro
Comprar un alcoholímetro portátil es una inversión única, ya que una vez que compras el dispositivo tiene años de uso. Su coste es relativamente bajo y su efectividad no se ve mermada por el paso del tiempo.
Por otro lado, ahorras también a largo plazo, puesto que te puede ayudar a evitar multas por conducir ebrio, que pueden ser costosas. No solo previenes accidentes si no que evitas problemas de salud relacionados con el alcohol.
Responsabilidad en la conducción: decisiones conscientes y seguras
Otro beneficio importante de los alcoholímetros portátiles es su capacidad para promover una cultura de responsabilidad en la conducción. Al permitirte medir con precisión tu nivel de alcohol en sangre, estos dispositivos te ayudan a tomar decisiones más conscientes y responsables sobre si debes o no ponerte al volante. En lugar de depender únicamente de tu percepción o estimaciones vagas sobre tu estado de sobriedad, un alcoholímetro portátil te proporciona información objetiva y precisa que te ayuda a evaluar tu capacidad para conducir de manera segura. Esto puede ayudar a salvar vidas, tanto la tuya como la de los demás en la carretera.
¿Qué pasa si tengo un accidente habiendo superado los límites de alcohol en sangre?
El umbral de consumo de alcohol al conducir se conoce como límite máximo de alcohol en sangre permitido, el cual puede variar dependiendo de las características individuales del conductor. De manera general, el límite máximo permitido para conductores es de 0,25 miligramos por litro en aire espirado o 0,50 gramos por litro en sangre. Sin embargo, para conductores novatos y profesionales, el límite máximo permitido es de 0,15 miligramos por litro en aire espirado o 0,3 gramos por litro en sangre.
Esto significa que una tasa de alcohol en sangre entre 0,25 mg/l y 0,50 mg/l resulta en una multa de 500 euros y la pérdida de 4 puntos del carné; mientras que si esta tasa se sitúa entre 0,50 y 0,60 mg/l, la multa asciende a 1000 euros y conlleva la retirada de hasta 6 puntos.
Cuando un conductor ebrio causa un accidente de tráfico, enfrenta varias consecuencias en relación con su póliza de seguro y la cobertura de daños, tanto personales como materiales.
Para los terceros perjudicados, los daños y lesiones están cubiertos por el seguro obligatorio, sin importar las circunstancias en las que conducía el asegurado o si los ocupantes estaban al tanto de su estado de ebriedad. Sin embargo, la mayoría de las pólizas excluyen la responsabilidad de la compañía aseguradora si el conductor circulaba bajo los efectos del alcohol. Esto significa que la compañía puede negarse a cubrir la reparación del daño, y en el caso de un seguro a todo riesgo, incluso los gastos médicos.
Además, el conductor ebrio puede enfrentar una multa administrativa o ser acusado de un delito contra la seguridad vial, lo que acarrea consecuencias penales. Estas sanciones pueden variar dependiendo de las leyes y regulaciones locales, así como de la gravedad del accidente y los daños causados y van desde multas significativas y pérdida del carnet de conducir hasta penas de prisión.